A mediados del pasado mes de octubre recibí un mensaje desde la biblioteca de mi universidad con el anuncio de que, por obra y arte del Consorci de Biblioteques Universitàries de Catalunya (CBUC), se acababa utilizar RefWorks para gestionar la bibliografía. Tal cual. Por decisión de este lindo Consorcio (que por cierto se disuelve en breve) nos quedábamos sin RefWorks y teníamos que migrar a Mendeley (antes del 31 de diciembre de 2013) .
Mi primera (y segunda y tercera...) reacción al leer ese email fue de indignación. ¿A santo de qué?. ¿A quién han consultado?. ¿Mendeley tendrá las mismas prestaciones que RefWorks?. ¿Qué nos ahorramos?. ¿Qué ganamos?. ¿Qué nos cuesta?. Y lo peor es que no tenía a nadie a quién preguntar, ni a quién quejarme, ni casi con quién compartir el enfado.
Y es que en los últimos años he "invertido" bastante en RefWorks. Por consejo de mi biblioteca lo convertí en mi gestor de bibliografía hace unos cuatro años, sustituyendo a Reference Manager que usaba desde hacía tiempo. Me pasé a RefWorks también por motivos docentes: tanto en grado como posgrado, dentro de las asignaturas de escritura científica y tecnologías de la información incluyo un módulo sobre gestión de referencias y creación de listas de bibliografía... y al disponer la Universidad de subscripción a RefWorks, no había demasiada alternativa. Así que me leí manuales y tutoriales, incluso hice un cursito de unas pocas horas, y me reciclé a RefWorks, hasta contento de abandonar un producto del gigante Thomson. Además coincidió con el lanzamiento de la nueva versión de RefWorks, que igualaba y superaba a sus contrincantes de Thomson (ReferenceManager, EndNote y ProCite, que todos tienen el mismo patrón). ¡Ah!, se me olvidaba: Mendeley también tiene dueño. Esta audaz iniciativa fue comprada hace casi un año por... Elsevier. Y dudo que Elsevier dé nada gratis, pues hasta los artículos de revistas "open access" que edita esa editorial (alguna hay), a los que se puede acceder libremente desde la web de la propia revista, tienen "peaje" si se accede a ellos a través de ScienceDirect. Hagan la prueba con Gaceta Sanitaria: mismo sumario (núm 1 del vol. 24, año 2010) en su web versus sumario en ScienceDirect.
Y así andaba yo, con los materiales docentes ya bien rodados y enseñando a mis alumnos a manejarse con RefWorks con bastante éxito. Y también usando RefWorks tan ricamente para gestionar la bibliografía de nuestro grupo de investigación... ¡creando hasta estilos ad hoc para acomodarse a las particularidades de estilo de cada revista!.
Conocía Mendeley vagamente. Cuando apareció abrí, raudo e intrépido, una cuenta y experimenté un poquito. Pero la verdad, a pesar de tener una opción gratuita y alguna cosa interesante como la "captura on-line" de referencias, no me entusiasmó. No me entusiasmó porque ya me manejaba bien con RefWorks y no tenía necesidad de cambiar. Pero esa armonía se rompió a mediados de octubre pasado con la decisión de CBUC. A regañadientes me apunté como "pendiente" aprender y ser capaz de explicar Mendeley para finales de año.
Y a las preguntas del segundo párrafo se le podrían añadir otras: ¿qué gana el CBUC con este cambio? ¿qué ganamos los usuarios? (ahh! los usuarios!!!) ¿qué pasa con toda la inversión hecha por la universidades para formar en RefWorks a sus documentalistas y blibliotecarios, a sus profesores e investigadores, y a sus alumnos?.
Yo he tenido que invertir unas 8 horas en entrar en la filosofía de Mendeley y ser capaz de hacer casi todo lo que ya sabía hacer con RefWorks. Y quiero pensar que ha sido una inverisón --sobran comentarios. Pero he tenido que "invertir" también unas 15 horas más en revisar y reinventar parte del material docente de mis clases (presenciales y distancia). Y todavía me falta adaptar los ejercicios para el CampusVirtual... y creo que serán 5 o 6 horitas más...
¿Y es mejor Mendeley que RefWorks o que los otros gestores bibliográficos? Mi respuesta como investigador biomédico y como profesor: creo que, si previamente no se utiliza o ni se conoce cómo funciona un gestor bibliográfico, Mendeley ofrece alguna ventaja. Su filosofía de "captura de cita desde el navegador" hace que incorporar documentos a la biblioteca personal sea muy fácil. Pero normalmente los investigadores, y diría que también los alumnos, no trabajamos así. Y la calidad de la captura de datos (de los metadatos de los docuementos, que nutren a Mendeley) deja bastante que desear, aunque no sea por culpa de Mendeley sino de quien crea los documentos. Disponer de los PDFs es también una ventaja, pero eso no es ninguna novedad. El entorno dual "escritorio-web" crea algo de confusión, a pesar de que la sincronización es, realmente, sencillísima. Ese entorno dual sí que tiene una característica fantástica: el "drag & drop" (arrastrar y soltar) hace mucho más fácil la operación de incluir documentos en la librería. Y,aunque eso no sea de especial interés para investigadores, con Mendeley se pueden indizar y almacenar cualquier tipo de documentos disponibles en internet (páginas web, videos, presentaciones PPT originales o en slideshare...).
Pero Mendeley es algo limitado para formatear la bibliografía de un artículo. Dispone de múltiples formatos de estilos, los genéricos (como Vancouver o APA) y sus múltiples adaptaciones a centenares de revistas que si bien dicen usar APA o Vancouver, introducen maléficos cambios en el formato de las citas (como incluir el volumen en negrilla, o el nombre dela revista en cursiva, o no poner el punto tras la abreviación dela revista...). En RefWorks la edición y creación de estilos a medida no era para usuarios principiantes, pero "se dejaba" y con una mínima inversión se conseguían editar los estilos. No es que haya tenido ideaciones suicidas mientras trataba de aprender a editar los estilos de citación con Mendeley, pero no es nada sencillo. Y eso que Mendeley utiliza el Citation Style Language que se ha convertido en el estándar del software dedicado a estas cosas (como Zotero, Drupal o CrossRef, por nombrar alguno que conozco de entre el montón de este tipo software). Si el estilo que Mendeley proporciona por defecto de una revista no es realmente correcto (como suele pasar), editarlo y adecuarlo a la realidad es bastante complicado.
Finalmente, y quizás sea eso lo que gusta a bastante "Mendeley adopters", o diría yo "fans", es que Mendeley es, en sí mismo, una red social mediante la cual se pueden compartir documentos y comentarios. Compartir documentos y biliografía --tener carpetas comunes en la nube para un grupo de investigadores-- no es tampoco ninguna novedad. RefWorks batió a sus contrincantes justamente por eso, cuando fue el primer software basado en la web. Pero Mendeley permite mantener grupos donde discutir y comentar sobre los documentos (sobre lo que sea), con diferentes grados de privacidad, algo que no sé si realmente puede ser de mucho interés para los investigadores. Quizás sí, aunque a mi me recuerde mucho al muro de Facebook...
En algún corrillo tras una sesión oí que el CBUC se había ofrecido para probar Mendeley y dar feed-back a Elsevier (o quizás fuese al revés), que "nos daban gratis" la versión Premium, que es de pago, durante un año. ¿Y después? Y también me pregunto si, gracias a la suscripción de la FECYT a Web of Knowledge (que no es barata y pagamos entre todos), tenemos acceso a EndNote Web "gratuitamente", ¿por qué esta aventura con Mendeley-Elsevier?.
Reconvertido ya a Mendeley, para uso personal, en grupo, y también ya para enseñarlo, he sentido la necesidad de explicar todo esto. La curva de aprendizaje tiene, como en el resto de gestores bibliográficos, una forma sigmoidal muy acusada (aprendes mucho en poco tiempo, ¡menos mal!). Supongo que me acostumbraré, y que siempre es bueno renovarse y aprender cosas nuevas... intentaremos que repercuta positivamente en nuestra investigación y docencia.